Pokémon variocolor

Se conoce con el término variocolor o shiny a aquellos Pokémon que sufren alguna alteración en su color natural. Algunas diferencias son más notables que otras, pero todos los Pokémon poseen una forma variocolor. Estas formas son, además, extremadamente difíciles de hallar, lo cual aumenta el interés por ellas. Pueden encontrarse Pokémon con estas cualidades tanto salvajes como mediante crianza. Cabe decir que un Pokémon variocolor de uno normal no se diferencia en nada más salvo su aspecto, sus movimientos y estadísticas son exactamente iguales, ni mejores, ni peores.

Los Pokémon variocolores existen desde los juegos Pokémon Oro, Plata y Cristal, correspondientes a la Game Boy Color, pero no fue hasta la quinta generación que se reconoció el término variocolor o shiny e incluso se incluyó en la Pokédex de estos juegos. El primer Pokémon de estas cualidades con el que nos topamos en nuestra aventura, y quizá el único variocolor que mucho/as tengamos es el Gyarados rojo del Lago de la Furia.

Cada vez que nos encontremos con un Pokémon variocolor, ya sea salvaje o en combate, podremos percibir esta características de dos maneras. La más común y sencilla, percatándonos del cambio en su coloración. Sin embargo, en algunos casos este cambio no es tan notable y podría pasar incluso desapercibido; es por ello que los Pokémon variocolores poseen una animación especial cuando aparecen en combate, ya sea un sonido o unas estrellas a su alrededor. En Pokémon Espada y Escudo se añade un nuevo tipo de Pokémon variocolor el cuál desprenderá rombos al salir.

El caso del Pokémon variocolor más conocido, como mencionábamos antes, es el de Gyarados en Pokémon Oro, Plata y Cristal; así como en sus respectivos remakes.

Otros casos, como es el de Espeon, resultan mucho más llamativos, puesto que los colores se ven realmente alterados.

En cambio, con Garchomp sucede lo contrario. Su tono cambia apenas un poco, a un azul más oscuro, lo que hace a su forma variocolor destacar mucho menos.